¿Tienes en mente esos bonitos y perfumados tarros de cera que parecen deliciosos caramelos? Con esta guía aprenderás a crearlos: es más fácil de lo que crees y, una vez que entiendas el método, ¡podrás dar rienda suelta a tu imaginación cambiando colores, esencias y otros ingredientes!
Lo que necesitas
- Cera de soja para recipientes CB-135
- Recipiente de vidrio
- Esencias aromáticas
- Colorantes líquidos para velas
- Mecha encerada natural con base
- Termómetro
- Recipiente para fundir cera al baño maría
- Flores o bayas secas
- Pinchos de madera
- Paño de papel
- Cinta de pintor

Antes de empezar, me gustaría recordarte que la naturaleza totalmente vegetal de la soja potenciará tanto las fragancias que utilices como los pigmentos, y que los recipientes que utilizarás para fundir la cera y para contenerla, una vez lavados, también pueden reutilizarse con fines alimentarios, cosa que no puede hacerse con las ceras de origen petrolífero.
Primero preparamos el recipiente, elige un tarro transparente o un tarro especial (los tarros shabby chic están muy de moda), luego elige la mecha, puedes optar por una de algodón natural o una ya encerada.

En el caso de una mecha natural tendrás que hacer tú mismo el encerado, en el segundo caso sólo tendrás que colocar la mecha en el recipiente.
Encerar la mecha y preparar la cera


Sumérgela varias veces en cera derretida y luego déjala enfriar sobre un trozo de papel de horno, recta, eso sí: sólo tardará unos minutos y se endurecerá.
Es importante medirla con el diámetro del recipiente y cortar un trozo un poco más largo que la altura del tarro.
Ahora funde la cera al baño maría, no superes los 60/70 grados, (si tienes un termómetro, úsalo, ¡te ayudará!).


Coloca la mecha en el centro del tarro y haz un vertido inicial un poco fino para bloquear la mecha: comprueba que no se mueva. En cuanto la cera se haya enfriado, al cabo de unos 20 minutos, fija la mecha en la parte superior del tarro con una brocheta.


Ahora puedes verter una cantidad generosa de cera en tu tarro, dejando un poco más de espacio para rellenar. Si quieres, puedes añadir unas gotas de esencia ya ahora, pero no todas, las necesitarás para la última capa de cera.
Al cabo de unas dos horas, la cera debería haberse enfriado, pero compruébalo siempre: el tiempo puede variar según la cantidad de cera utilizada, el tamaño de la olla y la temperatura ambiente.
Hacer más vertidos significa tardar más, pero el resultado será absolutamente beneficioso, y además evitarás tener velas con esos antiestéticos huecos cerca de la mecha.

¿Los quieres coloreados?
Eso sí, si quieres colorearlas con pigmentos, tienes que fundir toda la cera que necesites de una sola vez, ya que así el color será uniforme, mientras que si añadieras más cera después, correrías el riesgo de tener vetas de cera de diferente intensidad.
Los pigmentos deben añadirse poco a poco para conseguir el tono de color deseado; recuerda que, al enfriarse, el color se desvanecerá.
Llegados a este punto, estamos listos para el último vertido, el más divertido: vierte la cera hasta el punto deseado, añade las esencias, dale una vuelta con un palo de madera y, antes de que se solidifique, añade capullos de flores secas, anís estrellado, bayas o ¡lo que tu imaginación te sugiera!








